Tiene 1.500 metros cuadrados y cuesta 170 millones de euros. Se trata del piso más caro del mundo, un ático situado en Londres, al lado de Hyde Parque, y que forma parte del lujoso complejo residencial One Hyde Park.
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Las vistas a la ciudad desde este inmueble, diseñado por el arquitecto Richard Rogers, son impresionantes. Un lugar privilegiado solo al alcance de muy pocos. Su dueño sería un multimillonario de algún país del Este, y el precio de este piso ha superado el anterior más caro de la historia, que fue comprado por el ucranio Rinat Akhemtov por 165 millones de euros. Estaba situado en la misma urbanización de éste y formado por un apartamento más un ático.
Y es que los apartamentos más caros del mundo están en el edificio One Hyde Park. En total hay 86 viviendas con vistas al parque homónimo y al palacio de Kensington. Todas cuentan con servicio de mayordomo, de restaurante capitaneado por cocineros de prestigio, bodega, un spa privado, una habitación del pánico, acceso a cine privado compartido para los vecinos, piscina de 21 metros, saunas, gimnasio, boutiques, simulador de golf, etc. Asimismo, a través de un túnel bajo tierra, los vecinos del One Hyde Park pueden acceder al Hotel Mandarin Oriental, por lo que también disponen durante 24 horas de todos los servicios que ofrece el hotel.
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Este complejo de lujo es una iniciativa de una compañía propiedad del primer ministro de Qatar y el 65% de los apartamentos ya están vendidos, principalmente a personas de África, Oriente Medio, Rusia, India y China.
Según han afirmado algunos consultores inmobiliarios, en Londres se está apreciando un auge de compras de viviendas pagadas en efectivo, a través de empresas, que favorecen el anonimato, con el objetivo de llevar al Reino Unido la mayor cantidad de dinero que puedan. Y dicen que son precisamente los rusos quienes lo están haciendo cada vez más.
Por su parte, uno de los promotores de esta exclusiva urbanización ha indicado, además, que los precios de la vivienda en Londres están llegando a unos valores insostenibles, llegando a plantear una sobreevaluación del mercado inmobiliario londinense, una nueva burbuja inmobiliaria, una situación irreal de “falsa” recuperación económica pero que no sería sostenible.
Otro ático con récord de precio de venta es el que compró el ruso Dmitry Rybolovlev para su hija, situado en Manhattan y valorado en 67 millones de euros.
